Algunas cosas del sótano de mi abuela
Obras de Quin Crumb
Organizado en memoria de y por Dry Ice Gallery
El sótano de mi abuela ha sido un espacio creativo desde que recuerdo. Mi madre, mis hermanos y yo hemos participado en la transformación de ese sótano oscuro y sombrío en un estudio de arte un poco menos sombrío y un poco menos oscuro. Cuando era niña, mi hermana mayor y sus amigas utilizaban el espacio para tocar música y hacer pinturas, fotos, disfraces y plantillas de pintura en aerosol impulsadas por la escena punk de Chatt. Más tarde, mi tía utilizó el espacio para hacer velas, tarjetas, dibujos y pinturas mientras exploraba ideas budistas como el zen y el minimalismo materialista. Mi otra hermana y yo nos hicimos cargo del espacio y lo acondicionamos como estudio de pintura y serigrafía. Ella necesitaba un estudio para pintar después de acabar la universidad y a mí me hacía mucha ilusión poder hacer camisetas. Al final mi hermana se mudó y yo lo he utilizado como espacio de uso general para colaborar en arte con amigos, imprimir camisetas para otros amigos, hacer collages, almacenar trastos, pintar, esculpir, soñar despierto y almacenar más trastos. Durante todo este tiempo, el espacio ha seguido funcionando como cualquier sótano normal. Hay artículos de limpieza, viejos equipos deportivos, pinturas, herramientas de jardinería, decoraciones de temporada y viejos recuerdos esparcidos por todo el arte y los materiales artísticos. También es un buen lugar para escaparse y pasar el rato con los hermanos durante las reuniones familiares. No hace falta decir que hay un montón de mierda ahí dentro y que la única cohesión real entre todo ello es el espacio en el que está.
El sótano de mi abuela me ha proporcionado materiales y una estructura subyacente para realizar las obras de esta exposición. Tienen una cohesión inherente creada por la proximidad de los objetos en el espacio y puede que eso sea todo lo que tienen. Aunque todas las obras han germinado en el sótano de mi abuela, se les ha permitido crecer sin inhibiciones hasta sus formas actuales. Hacer estas obras fue un proceso de vulnerabilidad y escucha atenta de objetos e imágenes. Además de enfrentarme y cuestionar mi identidad y la de las cosas que tenía delante [¿quién soy yo? No mejor preguntar, ¿quién es esta lámpara?]. Siempre haciendo muchos chistes malos y a veces tropezando con alguno bueno. Estas obras son exploraciones del absurdo, la funcionalidad, el fracaso, la artesanía, la vulnerabilidad, el remiendo, la masculinidad, la tensión, el cuidado, la narrativa, lo lamentable, la perspectiva, las conexiones, la incertidumbre, el juego, las posiciones precarias, más fracaso, la resolución de problemas, aún más fracaso y, por último, la aceptación.